domingo, 1 de mayo de 2016

Por las Cabañeras de Aragón

Hoy domingo desde primera hora de la madrugada (casualmente 1 de Mayo, día de los trabajadores) dos miembros de Fondo Natural y del Consejo de las Cabañeras de Aragón hemos acompañado desde Zaidín (Huesca), en las tierras del bajo Cinca, a dos ganaderos que han decidido comenzar la trashumancia con sus rebaños hacia los altos pastos de verano en el Pirineo, un viaje que les ocupará dos meses en varias etapas.

Nuestra intención en esta ocasión ha sido echar una mano sobre el terreno, concretamente en el trayecto que discurre sobre la carretera A1241, ya que el trasiego de vehículos obliga a detener la circulación o realizar paradas periódicas en apartaderos para dar paso a los viajeros motorizados.

Afortunadamente todo ha transcurrido sin incidencias, las gestiones realizadas desde CCA y por Jesús Garzón desde la asociación Trashumancia y Naturaleza han dado sus frutos y las autoridades competentes han tomado medidas para facilitar el tránsito de los rebaños.


 
La mayoría de los ganaderos trashumantes aragoneses, muy pocos en la actualidad, realizarán el trayecto desde el llano a la montaña a finales de Junio en apenas una semana, pero todos ellos deberán enfrentarse día a día, como hiciera aquel caballero andante, ante enormes gigantes que amenazan su futuro y presente: carreteras, autovías, herbicidas y venenos en las cunetas, ladrones de ganado, usurpaciones de la vía pecuaria, vertederos e innumerables trabas legales y burocráticas.

Lo más injusto y doloroso es, sin embargo, la incomprensión y menosprecio de una parte de la sociedad que ignora los servicios impagables que presta la ganadería extensiva y estos profesionales al modelado y conservacíón de los paisajes, la prevención de incendios, al desarrollo de la economía rural y a la preservación del patrimonio cultural, sin olvidar la producción de alimentos de máxima calidad.

Todo ello nos parece esencial para construir una economía o un modelo de vida más sostenible y respetuoso con la tierra, que valore y recompense de forma tangible el trabajo de quienes hacen posible y sostienen un paisaje limpio, bello, equilibrado, base del nuevo turismo rural, del ecoturismo, del comercio de proximidad y de un consumo más responsable, también para un desarrollo real, con mayúsculas, que reconozca justamente a los protagonistas.

Desde estas lineas nuestro más sincero agradecimiento y apoyo a Ramón y su hija Judit de Casa Palomar y a Sergi de Casa Joanet, a Alberto Suils de Casa Mancurro y a tantos otros ganaderos trashumantes por vuestro esfuerzo y ejemplo.

Más información en la web del Consejo de las Cabañeras de Aragón

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